Una fuerte luz inunda tu habitación… Intentas abrir los ojos pero estas medio dormido, y apenas logras mantenerlos abiertos largo tiempo. No recuerdas haber dejado las luces encendidas… ¡Espera! ¿Serán los rayos del sol? Poco a poco consigues enfocar la vista. Pero en seguida te das cuenta de que todo es muy confuso.