¡Pocos famosos se han salvado de ser víctimas de alguna inocentada! Pero que no se lo tomen a mal, ¡todo sea por hacernos sonreir un rato!
El concurso era sencillo. Teníais que construir el monigote típico del Día de los Inocentes y disfrazarle como al famoso al que os gustaría que le gastaran una broma.